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Tras una jornada electoral frenética, comienzan las acusaciones en el Servicio Postal

El martes fue una “locura” en las propias palabras de una gerente de USPS. Ahora la agencia se enfrenta a preguntas sobre si hizo lo que debía para que se entregaran y contaran las boletas por correo.

Carson McNamera, special to ProPublica

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En una importante instalación regional del Servicio Postal de los Estados Unidos en Pennsylvania, el día de las elecciones transcurrió en una frenética y confusa jornada de identificación y el procesamiento de las boletas.

“Es de locos. Una locura total”, dijo una gerente del centro el martes en la noche que mientras separaba las boletas de votación por ausencia para ser enviadas por correo expreso con el fin de cumplir con los plazos límites.

La empleada, quien pidió que no se usara su nombre, dijo que había pasado gran parte del martes respondiendo llamadas desesperadas de los jefes de correos locales suplicando que se entregaran las boletas a los funcionarios electorales del condado (ella no tenía a nadie a quien enviar) y que el personal había pasado gran parte del tiempo “corriendo como pollos sin cabeza".

Tras el caótico impulso de última hora del Servicio Postal, todavía no está del todo claro cuántas boletas quedan en las instalaciones postales, si es que queda alguna, o si la tan criticada agencia ha hecho todo lo que se suponía que debía hacer para asegurarse de que las boletas se entregaran a tiempo para ser contadas.

El martes, el Servicio Postal pareció para desafiar las órdenes del juez Emmet G. Sullivan del Distrito de Columbia, quien ordenó que la agencia realizara búsquedas exhaustivas de boletas en 12 instalaciones postales antes de las 3 p.m. del día de las elecciones. El Servicio Postal dijo que pudo completar las búsquedas para las 8 p.m., pero Sullivan no estaba complacido a causa del retraso o la falta de comunicación de la agencia sobre su cumplimiento con la orden.

“En algún momento", dijo en el tribunal el miércoles, el Director General de Correos Louis DeJoy “tendrá que testificar o será llamado a declarar".

En las últimas semanas, los plazos de entrega de las boletas por correo se han ralentizado y unas 300,000 boletas que fueron recibidas por la agencia no fueron escaneadas para su entrega, según datos presentados por el Servicio Postal en procedimientos judiciales federales.

Grupos de derechos civiles y de defensores del derecho al voto han demandado al Servicio Postal y a DeJoy, uno de los principales donantes republicanos, alegando que no cumplieron con la obligación de entregar las boletas a tiempo.

Incluso mientras el recuento de votos continuaba el miércoles en los estados indecisos -incluyendo las boletas por correo que podrían marcar una diferencia crucial-, los abogados del Servicio Postal se encontraron debatiendo las implicaciones de los propios datos de la agencia, que mostraban que el día de las elecciones un 7 % del correo electoral en las instalaciones de clasificación no se procesaba a tiempo. La agencia también negó que haya perdido las boletas.

“La suposición de que hay boletas no contabilizadas dentro de la red del Servicio Postal es inexacta", dijo el portavoz del Servicio Postal, David Partenheimer. “Estas boletas fueron entregadas antes de los plazos de las elecciones. Empleamos medidas extraordinarias para entregar las boletas directamente a las juntas electorales locales. Cuando esto ocurre, por el modo en que está diseñado el proceso, estas papeletas no pasan por ciertas operaciones de procesamiento y no son escaneadas”.

En Harrisburg, Pennsylvania, tanto los gerentes como los carteros hicieron viajes extra para acelerar la llegada de las boletas sus destinos. El día de las elecciones, alrededor de las 5 p.m., se habían extraído unas 200 boletas del correo regular y debían ser enviadas a las oficinas electorales del condado, según Kim Miller, presidente del sindicato local de trabajadores postales. Pennsylvania puede aceptar boletas hasta tres días después del 3 de noviembre, tras un fallo de la Corte Suprema la semana anterior a la elección.

Miller dijo que muchos empleados del servicio postal han estado laborando más de 60 horas semanales para procesar y entregar la carga extra de correo y boletas electorales. Hay más empleados sin trabajar que lo habitual debido al COVID-19, lo que contribuye a un servicio de correo más lento, dijo. “Espero que la oficina de correos se dé cuenta de la falta de personal que tenemos", afirmó. En todo el país, alrededor de 8,690 trabajadores postales están en cuarentena.

Chris Czubakowski, vicepresidente del capítulo de Milwaukee del Sindicato de Trabajadores Postales Estadounidenses, dijo que se sentía aliviado por la respuesta de su zona al aumento de las boletas de votación en Wisconsin. Su sección pasó semanas trabajando en grupos locales y nacionales para manejar el correo electoral. Czubakowski contó que su centro de procesamiento realizó una búsqueda exhaustiva a las 3 p.m. del martes y encontró siete boletas que casi se les habían escapado. La instalación de Milwaukee también realizó una búsqueda a las 5 p.m. y a las 8 p.m., y la administración preparó una sala para recoger las boletas que se encontraron. “Puedo decir con bastante seguridad que las cosas se hicieron bien aquí, y estoy orgulloso de poder decir eso", afirmó Czubakowski.

Aun así, Czubakowski dijo que le preocupaban los recientes datos publicados por el Servicio Postal sobre el desempeño en la entrega de las boletas. Si se encuentran más boletas demasiado tarde para ser contadas, “el jefe de correos debería mirarse en el espejo", dijo. “Si el Servicio Postal dejó boletas de votación desafiando la orden judicial, serán halladas. Ellos quedarán expuestos".

Traducción de Deyanira Jordá, edición de Ivette Leyva

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